En la tarde del sábado, la provincia sufrió las consecuencias de fuertes tormentas en distintos sectores. El interior fue la zona más afectada, mientras que en Capital el agua dejó sectores sin electricidad y calles destruidas. Los baches están a la orden del día y transforman, en una aventura, circular por la ciudad.

Luego de intensas jornadas de calor con temperaturas que superaron los 40º C, llegó la tan esperada lluvia. Lejos de ser una bendición, la provincia se vio afectada en distintos sectores por la gran cantidad de agua que se precipitó, sobre todo en el interior donde las consecuencias fueron graves.

El departamento de Famatina se declaró en emergencia climática, ya que la fuerte tormenta destrozó calles y se debió asistir a la población afectada. En tanto en Aimogasta, un rayo afectó el sistema eléctrico del hospital San Nicolás, quienes debieron paliar la situación a las oscuras, comenzando de inmediato con el traslado de los enfermos más críticos hacia la sala de salud del B° Estación y otros centros cercanos de asistencia.

Capital, baches y accidentes

En algunos barrios periféricos de la ciudad Capital, se puede observar el mal estado del asfalto, con baches y pozos, en algunas esquinas o avenidas muy transitadas.

En el barrio Juan Melis, sobre calle Portezuelo, entre Artemio Moreno y Cesar Corzo, un bache de gran magnitud dificulta el tránsito. Los vecinos explicaron que en el lugar corría un caño maestro de riego, que fue separado para realizar las cloacas. Las obras no fueron del todo eficientes, porque cada vez que llueve el lugar queda inundado e intransitable. “Hace años que sucede lo mismo y sólo hay soluciones pasajeras”, expresaron ante la consulta de Medios El Independiente.

Agregaron que en un momento colocaron tarimas, “como para que los motociclistas y automovilistas vean el bache”, y así evitar una desgracia. La municipalidad colocó arena, como paliativo, pero lejos de ser una solución.

En la misma zona, por ex Ruta Nacional 38, en el ingreso al populoso barrio Hospital y calle Hilario Ascasubi, un cajón de manzanas hace las veces de “cono naranja” y advierte un bache que para un motociclista descuidado podría ser fatal.

En la zona Sur de la ciudad, lugar de mayor crecimiento demográfico de la última década, se pudo observar bancos de arena en algunas esquinas, caída de árboles pequeños y baches de magnitudes varias.

Cerca de la Terminal de Ómnibus y sus accesos, los daños producidos por la lluvia son más notorios.

Sobre calle Santa Rosa esquina Algarrobo Blanco, hay un bache que ya tiene casi seis meses. Los vecinos y comerciantes del lugar explicaron que colocaron, precariamente, una bolsa de color llamativo y unos cajones. Describieron que “hace algunos días vino Aguas de La Rioja, sacó la señalización, puso arena y se fueron. Anoche (por el sábado) llovió y miren como está ahora”. Aseguraron que pudieron observar varias caídas de motociclistas, algunas frenadas y hasta un hombre tuvo que sacar del fondo del superbache el paragolpes de su automotor.

El agua y los baches se suman a la proliferación de basura que es arrojada por vecinos desaprensivos e irresponsables, lo que da un triste marco de desidia y desatención a la ciudad Capital.

Sobre el estado de las rutas

La Ruta Nacional 60 se encuentra transitable y no presentó inconvenientes ni derrumbes en la zona de la Quebrada de Mazán, aunque se vio fuertemente afectada a la altura de Guanchín. La Ruta Nacional 40 se encuentran con algunos sedimentos pero no es inconveniente para el tránsito.

Sobre Ruta Nacional 75, más precisamente en la zona de Huaco, se hizo remoción de escombros y quedó habilitada en los tramos donde es atravesada por ríos en la localidad de Anillaco y Anjullón. La Ruta Provincial 9 y la 7, se encuentran en buenas condiciones.

El Independiente

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