Pasan los años y Carlos Menem siempre es noticia. Tal vez, a esta altura su personaje ya exceda lo puramente controversial. Al menos su hija, Zulemita, confía en ello y anunció que se lanza a la política. En La Rioja, Menem cruzó la raya de los mitos populares: llegó a decirse por ahí que tenía un pacto con diablo y que un “viborón” lo protegía en los verdes viñedos de Anillaco, su pueblo natal de 3.500 habitantes, donde todos tienen guardada una anécdota con él que merece ser contada, con orgullo o ironía.

“La Rosadita”, aquella casa icónica de los ’90 por donde pasaron políticos locales y extranjeros, amigos y amigotes, famosos y no tanto, empresarios y periodistas, es parte de esa narrativa lugareña. Y está siendo consagrada oficialmente como atracción turística de este tranquilo pueblo del departamento Castro Barros en la costa riojana, niña bonita de esa cadena de trece comunidades fundadas al pie de las vertientes que brotan al costado del cerro El Velasco.  

Fue inaugurada en febrero de 1997 y no hubiera llegado a leyenda sin la pista de aterrizaje con capacidad para un Boeing que Carlos Menem hizo trazar allí. Fue símbolo del poder en la Argentina, capital del imaginario Imperio Menem. Fue nota mil y una veces. Desde aquel entonces, cada persona que llega de visita a Anillaco no pasará de largo sin al menos echarle una mirada a la casa del ex presidente.

Estuvo en venta. El terreno es de una hectárea. La casa tiene 300 metros cuadrados cubiertos, cuatro habitaciones, está rodeada de galerías y hay quincho, cancha de tenis y pileta. Abrirá sus puertas por primera vez al público en diciembre de este año. Ni bien se terminen las restricciones por la pandemia.

“La idea se venía barajando con los últimos gobernadores, pero hoy, gracias al intendente, nos pusimos a trabajar para que sea un paseo”, asegura a Perfil Zulemita Menem, propietaria formal de la casa que decidió ceder a la Municipalidad para su explotación turística hasta el 2023. “Mi padre está muy contento de que se pueda visitar un lugar que él ama tanto”, dice, y agrega: “No sé lo que haré más adelante con la casa, papá está muy bien así que no pienso en eso”.  

El intendente del departamento Castro Barros, Marcelo Del Moral, es su aliado en esta idea. “Queremos que la gente la disfrute, porque se trata de la casa de quien fue diez años Presidente de la República Argentina, salido de este pueblo”, señala.

Sin embargo, las personas que la visiten, no podrán ingresar a su interior. “Sólo estamos autorizados a mostrar el parque, el quincho, la pileta y la cancha de tenis”, agrega. Habrá 10 personas trabajando, entre cuidadores, regadores y guías y se cobrará una entrada simbólica “como para ayudar a mantenerla”, dice Del Moral. Hace dos años que nadie de la familia visita la casa.

“La última vez que los vi fue en La Rioja para el cumpleaños de Zulemita el 25 de diciembre de 2018”, cuenta Exequiel Aquino, un misionero que, junto a su esposa paraguaya Herminia Barrios y su hijo Fabricio, de 14 años, cuidan la propiedad como caseros desde 2004. “Zulemita siempre habla conmigo y envía todo para gastos generales y limpieza, la casa está impecable, con su pintura original aunque medio aguachenta nomás“, completa Exequiel. La habitación más grande es la de Menem, de color beige. Hay otras tres, una roja, otra verde y otra azul.

“Siempre venían los tres (Carlos, Zulema y Zulemita) y nos invitaban a comer con ellos como si fuésemos parte de su familia”, recuerda Aquino. El municipio tomó posesión esta semana para, con tiempo, ponerla en condiciones y sumarse así al calendario turístico nacional.

La cabaña del amor

A 8 kilómetros del pueblo, en la Quebrada de Anillaco, está la cabaña donde, dicen, comenzó la relación entre Cecilia Bolocco y Carlos Menem, en septiembre de 1999, cuando la entonces modelo y periodista televisiva se dedicaba a entrevistar a las figuras influyentes del continente.

“Él me conquistó con su mirada”, había declarado Bolocco en 2006.  Esta cabaña de quebracho colorado traído de Chaco tiene 60 metros cuadrados y pronto estará habilitada para los turistas. “Eso iba a ser un coto de caza de 6 mil hectáreas, ya que hay alpacas, chanchos del monte, jabalíes, avestruces… Carlos Menem la quería para eso, para fines turísticos”, cuenta el intendente Del Moral, quien se encuentra en plena negociación con su acutal propietario, Aldo Semino, para incorporarla al circuito.

En esa cabaña hay una cama cuyo respaldo es de quebracho blanco de dos metros y fue tallado por originarios chaqueños. “¡Se necesitan cuatro personas para mover eso!”, afirma con orgullo.

Por si fuera poco, en Anillaco también funciona el “Paseo Carlos Menem”, que fue inaugurado en 2018 y donde hay una réplica de la cabaña con una escultura del ex mandatario a tamaño natural, diseñada por el abogado y artista Fernando Pugliese, también creador, por ejemplo, de las esculturas de Alberto Olmedo y Javier Portales en la porteña Avenida Corrientes.

La estatua de fibra de vidrio y resina está vestida con un traje claro de Carlos Menem, tiene una de sus lapiceras en la mano derecha y una réplica de un anillo suyo. “En algún momento hablé con los gobernadores para hacer un museo de mi padre, pero no pudimos concretar nada ¡Algo realmente inexplicable!”, exclama Zulemita. “Esto no es un museo, es un paseo. Nosotros le dimos el traje de papá”, relata.

Hay fotos del pacto de Olivos junto a Raúl Alfonsín, otras familiares con Zulema, Zulemita y Carlitos, otras más evocativas de momentos históricos. “Nosotros recibimos a los turistas con un video donde el doctor Menem habla de sus padres, de su paso de la religión musulmana al cristianismo, de su vida, de todo”, comenta Marcela Flores, directora de Turismo de Anillaco, quien además tiene un complejo de paddle frente a “La Rosadita”. Se llama “¡A triunfar!”, en homenaje a la frase con que Menem terminaba sus discursos de campaña.

Fuente: Perfil 

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