“La presencia del ministro de Educación de la Nación en nuestra provincia y tras recorrer la región NOA debe servir para poner un rumbo a las descarriadas políticas educativas que se vienen aplicando en la provincia”, dijo el diputado provincial radical Gustavo Galván.

El legislador explicó qué la crisis educativa “no sólo se debe a los sueldos magros comparados con los de las vecinas provincias, sino que, además, muchos docentes no cobran la totalidad del tiempo que dedican a la enseñanza. A esto hay que sumar una absoluta desinversión en equipamiento e infraestructura, por no hablar de la falta de capacitaciones útiles y de la deficiente organización de todo el sistema”.

El dirigente analizó que “a las altísimas tasas de ausentismo y abandono producidas durante la cuarentena, debe agregarse la desconexión de muchos docentes por el mal servicio de internet, por falta de tecnología o por medidas de fuerza. El 2020 podrá ser recordado como el año de la tragedia educativa en todos los niveles del sistema”.

También recordó que “en agosto pasado especialistas en educación de la UCR de todo el país, a través de la Fundación Alem, emitieron un documento exigiendo el regreso a clases y trazando un plan de 15 puntos para poder llevarlo a cabo. Mis compañeros de bloque presentaron sendos proyectos para la declaración de la emergencia educativa, y para el acceso al servicio de internet que brinda la empresa estatal bonificado para los docentes y gratuito para los estudiantes. Nunca fuimos escuchados”.

“El ministro de Educación provincial y su equipo están a tiempo todavía de revertir algunos de los terribles efectos de esta crisis” dijo, y enumeró: “se pueden aprobar los proyectos de emergencia educativa del diputado Roberto Klor y de acceso bonificado y gratuito a internet del diputado Juan Amado, acordar con Nación la urgente apertura de los establecimientos, priorizar los grupos de estudiantes vulnerables, permitir que cada institución adecue a su circunstancia los planes provinciales, detectar y acompañar a los estudiantes con riesgo de repitencia o deserción de manera inmediata, adecuar los contenidos y materiales a través de los equipos técnicos especializados, establecer mejoras salariales sustanciales para los docentes y acompañamiento pedagógico, tecnológico y psicológico, y establecer modalidades de transporte público que permitan llegar no sólo a los estudiantes sino también a los docentes y al personal educativo de manera gratuita a sus lugares de trabajo, siguiendo todos los protocolos sanitarios”.

Finalmente sentenció: “No hay tiempo que perder, aún podemos evitar la tragedia educativa y las consecuencias que esto va a acarrear para las futuras generaciones”.

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